La razón, el motivo, la causa o circunstancia por la que nohe barrido en mucho tiempo abajo de mi cama es tan simple y tan lógica, que cuando se la conté a mi mamá tras sus incesantes quejas de mi holgazanería, no me la quiso creer. En lugar de eso me llamó floja y otros adjetivos más que suelen acompañar a la flojera en sus ratos de pereza y que, por respeto a su privacidad y decisión de permanecer en el anonimato, no mencionaré. Acto seguido me dio la escoba y me dio el ultimátum que en pasadas ocasiones ya me había dado.
Cuando salió de mi cuarto yo hice como que la virgen me hablaba y salí al balcón en lugar de ponerme a barrer bajo la cama, y dejé libre al pobre y viejo ultimátum. No entiendo por qué mi ma se empeña tanto en traerlo de vuelta, viejo y gastado como está el pobrecito, y seguir dándomelo, yo que en incontables ocasiones he probado ser incapaz de hacerme carge de nada ni nadie debido a mi prodigiosa memoria hecha del más puro teflón.
Como sea, antes de desviarme más del tema y regresando al motivo que mi mamá no quiso creer, por razonable y obvio que halla sido, –que a decir verdad, no me sorprende que no lo halla querido creer, pues las personas suelen no ver aquello que tienen frente a sus narices por pura necedad–, les cuento que todo comenzó hace algunos años.
Nos acabábamos de mudar a una casa nueva y más grande. Sin darnos cuenta, en el transcurso de los años habíamos juntado demasiadas cosas, tantas, que nos llevó varios días terminar de sacarlo todo de sus cajas para acomodarlo en su nuevo lugar. Mi cuarto en particular estuvo lleno de cajas por al menos dos semanas, lo que me impidió hacer un aseo apropiado del lugar en esos días.
Lo que más me temía era la enorme colección de polvo que me hallaría bajo mi cama, pues hasta entonces no tenía ninguna razón, motivo, causa o circunstancia por la cual no barrer ese lugar.
Pero justo el día en que desocupamos la última caja decidimos celebrarlo y dejar el aseo para el día siguiente, que de paso nos daría otra razón para celebrar. De ese modo, el polvo seguía seguramente bajo mi cama, pero ahora ya tenía yo acceso al lugar.
Fue ahí y en esa noche en que conocí al que no me permitiría barrer bajo mi cama nunca más. Se hacía llamar a sí mismo el Mágico Duendecillo Mágico de la Felicidad, y es así como lo he identificado siempre. Como todo buen caballero que es, se presentó ese mismo día en que al fin vio camino hacia mí, y me informó que, si no me molestaba, estaría viviendo de ahora en adelante bajo mi cama. Naturalmente, debía haber una explicación lógica a su decisión de residir ahí, por lo que se la pedí.
Su explicación también fue tan sencilla y lógica, que me pregunto aún cómo no me di cuenta antes. Resulta que el Mágico Duendecillo Mágico de la Felicidad se alimenta de nada más y nada menos que polvo. Según me dijo, en mi cuarto se produce polvo de muy buena calidad; y he de admitir que me sentí muy halagada cuando me dijo eso. Así que, de no existir algún inconveniente de mi parte, él procedería a residir ahí, y que aparte no me apurara, me iba a pagar lo justo por el espacio que ocupara.
A partir de entonces nos hicimos buenos amigos. A modo de renta se encarga de cuidarme, de hacerme compañía y de alejar a mis hermanos pequeños y demás gente indeseada de mi cuarto.
Es por esto, como le expliqué a mi mamá, que no puedo barrer bajo mi cama. Estaría incumpliendo al contrato, además de traicionando a un buen amigo. Me sorprende que no me halla creido...
sábado, 29 de marzo de 2008
La pura verdad: El Polvo
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7 borreguitos saltarines:
Oh :D
No puede ser que no le haya creído. TODO tiene sentido.
Pero si todos dan alojo a alguna criaturilla mágica del bosque magico-comico-musical. Yo no porque ya van dos veces que me obligan a barrer, lo que significa que tanto el mounstro que vivía abajo de mi cama, así como el preso fugitivo del cereso de máxima seguridad se han mudado.
fe de erratas: donde dice mounstro debe decir monstruo
anda que no creerte.. yo tengo un diablillo que me sigue a todas partes como si fuera mi sombra. Aunq no se si se llevaría bien con tu duende.
Buen texto
! dw
Jajajaja me reí demasiado, pero aún así tu madre debió haberte creído.
Y cuando necesite un poco de polvo ya se a quien recurrir :D
Salu2
espero que no se vayan ahora en contra de todos aquellos seres magicos algunos etereos que todos todos todos tenemos en algun riconcito de nuestros aposentos como lo es el señor del caos que reina en mi habitacion y que en muchas ocaciones eh casi visto muerto pues mi madre inconciente trata de poner orden en lo que encuentra a su paso hahahahahahah por cierto yo contigo jamas podria pelear soy un hibrido asi que tambien me gusta mucho la onda del manga y anime es mas creo que ya lo habia mensionado en tu otro blog :D weno nos vemos de ratillo saludos
Chale uno que piensa en un buen polvo del verbo follare y me sales con historias de gnomos...
Eso de respirar tanto polvo hace daño, más si es del blanco eh!!
Un saludo niña... uops, estás conectada XD
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